domingo, 20 de diciembre de 2009

Avatar


Desde sus inicios, el cine se ha debatido entre las dos vertientes de las que nació: El espectáculo de barraca de feria y la aspiración a convertirse en un arte. Avatar se inclina claramente por la barraca de feria.

Lo último de James Cameron se nos ha vendido como lo máximo en innovación. Yo sólo puedo certificar que su versión en 3-D deja a la vez boquiabierto y sin aliento. El espectador se ve envuelto en la acción en una experiencia absolutamente nueva y que ninguna otra película había conseguido hasta ahora.

Es una pena que el director haya elegido para semejante alarde técnico un relato ñoño, una metáfora demasiado evidente sobre algunos de los conflictos que vive hoy el mundo (Irak, Afganistán), apología a la vez del ecologismo, la religiosidad y la guerra (¿?), y finalmente maniquea, pretenciosa y con un metraje claramente excesivo. Cameron, elevado a los altares tras el exitazo de Titanic, parece no ser consciente de que lo mejor de su filmografía está en su capacidad para generar tensión y para rodar como nadie las escenas de acción. Terminator, Aliens, o la segunda mitad de Titanic nunca han sido superados en el género. Sin embargo, él parece empeñado en contar una “gran historia” que le viene muy grande.

Avatar es un gigantesco espectáculo, especialmente sus escenas bélicas, dos horas y media en un circo de seis pistas repleto de gallifantes (hay que ver qué look se ha elegido para los habitantes de Pandora…) y con un ritmo endemoniado. Quizá somos demasiado ambiciosos si, además, queríamos una obra maestra, con un argumento adulto y sugestivo y personajes más complejos. No se puede tener todo, así que a disfrutar en la barraca de feria con las gafas puestas y a esperar a que Cameron se decida a volver a la ciencia ficción siniestra que tan bien se le da.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Planeta 51


Con un presupuesto de 40 millones de euros y una campaña mediática insólita que ha incluido publirreportajes (¿no pagados?) en telediarios e incluso el uso de sus personajes en la campaña navideña de El Corte Inglés, los estudios Pyron, autores de algunos videojuegos muy comerciales, han querido entrar por la puerta grande en la primera división del cine de animación.

Incluso han contratado a uno de los guionistas de Shrek (que debía estar a precio de saldo visto el guión). Pero el resultado está muy lejos de las películas que son su modelo. La historia flojea y aburre por todas partes, y la animación, pese al dinero invertido, es de una calidad muy inferior a cualquier producto Dreamworks o Pixar.

Todos los esfuerzos se vieron relativamente premiados al conseguir entrar en la difícil taquilla americana en el número 4, aunque tengo la sensación de que sus autores aspiraban a mucho más. Y es que por mucho que han querido ser más papistas que el Papa, haciendo una americanada bestial incluso sin traducir el título en España, al final el resultado recuerda a uno de esos fakes que se pueden encontrar en un mercadillo de Shanghai, que se esfuerza por parecerse al original pero que al rascar un poco muestra la imitación barata que esconde.

domingo, 13 de diciembre de 2009

(500) días juntos


Casi dos meses lleva en la cartelera esta joya que sobrevive gracias a las recomendaciones entre amigos. ¿Cuáles son sus secretos?

1. El amor ¿Imposible?. En los 500 días de “relación” entre Summer y Tom todos podemos identificar el placer y el sufrimiento de un amor que no acaba de cuajar, sobre todo porque una de las partes no está convencida de sus sentimientos. Qué difícil asumir cuando te enamoras locamente que tal vez no eres del todo correspondido…

2. Su estructura de puzzle nos permite reconstruir los altos y los bajos, las rupturas y las reconciliaciones de los protagonistas y observar que entre la felicidad absoluta y la mayor de las frustraciones pueden no pasar más que unas semanas.

3. Los actores, extraordinarios en sus papeles, especialmente una Zoey Deschanel que clava con voz delicada y mirada a la vez transparente e impenetrable un personaje complejo, lleno de contradicciones y lejano del blanco o negro que nos suele presentar el peor cine romántico, el que muestra a la mujer desesperada por pillar marido antes de convertirse en solterona.

4. La escena de la tienda de discos, que vemos casi al final de la película aunque en el tiempo tuvo lugar mucho antes, es de lo mejor que se ha visto últimamente en pantalla. Con unos cuantos gestos y detalles asistimos al momento justo en el que se decidió el futuro de la relación entre Summer y Tom.

Son tantas las virtudes de (500) días juntos que casi perdonamos los pecados típicos del cine Indie en los que cae: El uso cansino de la música como elemento referencial, los fikis amigos del protagonista, la repelente niñavicente que da lecciones románticas…

sábado, 5 de diciembre de 2009

Celda 211


Daniel Monzón comenzó su carrera como director tras abandonar la de crítico en “Fotogramas”. Incluso tuvo un consultorio tipo Elena Francis en esta revista, en el que hacía el papel de ochenteno e iconoclasta sobrino de una leyenda de la revista: Mr. Belvedere.

En el cine ha ido de fracaso en fracaso, pero sin duda interesantes amistades y/o amores le han permitido seguir en el oficio. Tras el delirio y la pasta perdida con El corazón del guerrero, intentó repetir el éxito que otros tuvieron con El oro de Moscú y perpetró El robo más grande jamás contado. Luego se pasó al cine en inglés con La caja Kovak pero también fue un desastre.

Ahora se demuestra que quién la sigue la consigue. Plegándose a las exigencias de Telecinco Cinema y de Paolo Vasile (Presidente de Telecinco y uno de los máximos responsables de la incultura general que nos invade cada vez en grado más agudo), ha rodado una película carcelaria buscando ganar dinero en taquilla. El apoyo de la poderosa cadena de televisión y una historia hábil han logrado al fin que Monzón ascienda a la gloria que buscaba sin descanso.

Lamentablemente la calidad de la película es irregular. Su factura de telefilme y algunos agujeros negros en el guión (la idea de meter con calzador un personaje femenino, el engaño del protagonista llega un momento que resulta altamente inverosímil) resienten el conjunto.

Seguramente en unos años nadie se acordará de la existencia de Celda 211, pese a lo recaudado y a los Goya que se llevará. Uno es seguro para un Luis Tosar que se esfuerza siempre demasiado y que a mí me acaba resultando indigesto en sus aspiraciones de parecer ex-alumno del Actor’s Studio.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Actividad Paranormal




El bombazo inesperado de este año (al menos en Estados Unidos) tiene un aire de fenómeno inexplicable. En él parece que tiene mucho que ver el marketing viral, el boca –oreja y la poderosa (y experta) mano de Spielberg que ha intervenido en algún momento del proceso de distribución.

En los tiempos de las descargas porInternet y cuando los estudios buscan en el gran espectáculo y las 3-D argumentos para atraer al público al cine, triunfa una película con escasa calidad de imagen y un aire de serie b setentera.

Se ha comparado Actividad Paranormal con El Proyecto de la Bruja de Blair, pero mientras ésta se basaba en el factor sorpresa, en la absoluta novedad de su propuesta y en un guión muy trabajado que aumentaba la tensión poco a poco hasta hacerla insoportable, en este caso el descuido en la narración, el exceso de lugares comunes y esa parte final desastrosa en la que nada de lo que pasa es verosímil (esas dudas absurdas sobre si marcharse o no de la casa), además de unos actores que no llegan ni a amateurs, hacen fracasar cualquier atisbo de claustrofobia y la alejan de las propuestas más sugestivas del cine de terror.

A su favor sólo algunos momentos inquietantes basados en una pregunta sin respuesta: ¿Qué pasa en nuestras casas mientras dormimos o cuando estamos fuera?. Mejor no conectar una cámara o un micrófono para comprobarlo…