domingo, 12 de diciembre de 2010

Biutiful

Dice Alejandro González Iñárritu que el título de la película hace referencia a que incluso en las situaciones más terribles, siempre hay lugar para la belleza. Sin embargo, en este, su último trabajo, precisamente belleza no hay ninguna.

Más bien parece que el título sea irónico: El argumento es una acumulación inverosímil de desgracias, de personajes depauperados, de escenarios malolientes, de miseria, de comportamientos inmorales, de suciedad, de casas feas, de calles oscuras y repugnantes.
Los excesos de depresión, de negrura, de movimientos de cámara (esa redada a los manteros no puede estar peor rodada), de diálogos indescifrables, de metraje (dos horas y media), la absoluta falta de contención en un guión que quiere hacer Babel en Barcelona con catalanes, chinos, senegaleses… Todo suma un despropósito, una mancha negra en la carrera de su hasta ahora sensacional director. Lo que en sus anteriores filmes era poesía, drama desgarrador, vidas que colisionaban para mostrar un fresco realista de la sociedad de principios del S. XXI queda aquí en una caricatura, en un indigesto cruce de referencias que van desde el naturalismo (las hormigas, las cucarachas como espejo de los protagonistas) al terror japonés (las visiones de muertos) pasando por un desconcertante surrealismo (la discoteca con bailarinas que tienen culo en lugar de cara)
Sólo se salva algún momento poderoso (el taller oriental y los dormitorios-patera) y un Javier Bardem como siempre muy metido en el papel, aunque el resto del reparto esté bastante descompensado (ay, qué mal Maricel Álvarez como su mujer…)
Por lo demás, la España de ZP pinta terrible en esta cinta pagada en parte por RTVE. Servicios sociales inexistentes, policía corrupta y brutal, marginalidad extrema, inmigrantes explotados… El discurso de la cohesión social, del estado del bienestar, del “lo bien que se está aquí frente al neoliberalismo extremo” queda despedazado por la mirada del director mejicano.

1 comentario:

  1. Tengo sentimientos encontrados respecto a esta película. Pero te doy la razon en los excesos, excede de todo y no deja un mínimo atisbo de esperanza.

    Me ha gustado tu comparación de nuestro "supuesto" estado de bienestar frente al neoliberalismo...

    Trigo

    ResponderEliminar