domingo, 9 de octubre de 2011

El árbol de la vida

La Palma de Oro en Cannes llegó casi por aclamación para Terrence Malick, que con sólo 5 películas es adorado por la crítica pese a que al público no parezcan gustarle tanto sus propuestas.

El caso mas sonado es éste. Estrenada en multicines y con un cartel que explota al máximo el reclamo de Brad Pitt, atrajo a pokeros y juanis de extrarradio que salen huyendo a la media hora espantados ante las esteticistas imágenes y la sospecha de tener que realizar algún tipo de esfuerzo intelectual. Inmediatamente ponen a caldo el filme en su Facebook.

Y es que Malick nunca lo ha puesto fácil. Si en sus inicios Días del cielo y Malas tierras fueron carne de sala alternativa pese a tener líneas narrativas más o menos convencionales, el regreso tras muchos años de retiro fue La delgada línea roja, alegato antibelicista con toques de anuncio de Timotei (esos columpios y melenas al viento…), que provocó bostezos por doquier entre los no avisados.

Ahora, la reflexión filosófica sobre de dónde venimos y adónde vamos adopta un tono decididamente ambicioso, de obra cumbre, de película total. Media hora para contar cómo nació el mundo y la vida, dos hora para contar por qué Sean Penn tiene un trauma infantil. Nadie puede exigirle prisas a quién decide que cada imagen sea una cuidada lección de cine, que cada gesto nos lleve a una sensación de nuestra vida, que ese padre autoritario nos asuste y le odiemos casi tanto como su hijo, que percibamos suave pero implacablemente cómo la ingenuidad y felicidad de la infancia se tornan poco a poco en el descubrimiento de las miserias humanas, las envidias, la frustración, la infelicidad.

Porque si lo que quieres es droga dura para las neuronas, una aventura tonta o una acción desmadrada no debes ver El árbol de la vida. Sólo si te interesa el cine con mayúsculas, el de gran ambición y grandes resultados, el de imágenes bellísimas, el que busca provocar sensaciones y remover el interior, sólo entonces disfrutaras plenamente de ella. Y eso a pesar de esa playa new age del final…

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