En el último festival de Cannes esta película generó una gran polémica por lo supuestamente provocador de su propuesta y consiguió el premio a la mejor actriz para su protagonista, Charlotte Gainsbourg. Realmente Lars Von Trier aspiaraba a llevarse la Palma (al más bestia) ya que se considera el mejor director de la actualidad.
Lamentablemente Von Trier no juega a fondo sus cartas y se queda a medias en todo: Quiere hacer una película de terror pero sólo en la parte final consigue realmente inquietar; quiere ser muy gore y extremo pero las dos escenas más repugnantes (en una incluso remite al famoso corte del ojo de Buñuel) están como un pegote; quiere ser Bergman, psicoanalizar los abismos de la locura y atacar virulentamente las técnicas psiquiátricas y lo más que consigue es aburrir y saturar con la histeria de la protagonista.
Sabemos que el director está gravemente enfermo del coco (así lo reconoce él mismo) y eso se nota cada vez más en sus películas. El desbarre mental a veces provoca obras maestras y Von Trier ya lo demostró anteriormente (Bailar en la oscuridad, Rompiendo las olas, Los idiotas) pero en este caso nos hace añorar la fuerza narrativa y el desasosiego de El Resplandor (de la que Anticristo es deudora en su argumento) y lamentar que el poderío visual (ese arranque tremebundo, las escenas que remiten a El Bosco) no se haya visto acompañado por mayor coherencia en el guión y por una historia rompedora y radical, pero de verdad, reivindicando el terror como el gran género que es, no escondiéndolo en una sesión de terapia barata.
Lamentablemente Von Trier no juega a fondo sus cartas y se queda a medias en todo: Quiere hacer una película de terror pero sólo en la parte final consigue realmente inquietar; quiere ser muy gore y extremo pero las dos escenas más repugnantes (en una incluso remite al famoso corte del ojo de Buñuel) están como un pegote; quiere ser Bergman, psicoanalizar los abismos de la locura y atacar virulentamente las técnicas psiquiátricas y lo más que consigue es aburrir y saturar con la histeria de la protagonista.
Sabemos que el director está gravemente enfermo del coco (así lo reconoce él mismo) y eso se nota cada vez más en sus películas. El desbarre mental a veces provoca obras maestras y Von Trier ya lo demostró anteriormente (Bailar en la oscuridad, Rompiendo las olas, Los idiotas) pero en este caso nos hace añorar la fuerza narrativa y el desasosiego de El Resplandor (de la que Anticristo es deudora en su argumento) y lamentar que el poderío visual (ese arranque tremebundo, las escenas que remiten a El Bosco) no se haya visto acompañado por mayor coherencia en el guión y por una historia rompedora y radical, pero de verdad, reivindicando el terror como el gran género que es, no escondiéndolo en una sesión de terapia barata.
No he conseguido ver una peli de Triers que me guste,demasiado innovador y neuras, y aunque no le quite el mérito que se que lo tiene y en excedente, sigo prefiriendo el cine clásico...
ResponderEliminarA ello se suma que el tipo cae malamente, diciendo por ahí que es uno de los mejores directores del cine actual, vamos que el tipo no tiene abuela!
Pero si te ha evocado o recordado algo El Resplandor, lo mismo debería echarle un vistazo a ésta.
Saludos.