Si con Resacón en Las Vegas alcanzó su cima el bromance, o sea, cine sobre camaradería masculina, de grupo de amigos que se quieren un huevo y no son homosexuales, que se pueden acostar juntos sin dudar de su opción sexual, que se corren juergas guarras con alcohol, porros y comida basura… Con Jacuzzi al pasado el subgénero vuelve a la categoría más baja, la de comedieta imbécil con fallos garrafales de guión, con bromas que pierden fuelle minuto a minuto y con actores que vivieron tiempos mejores o directamente no vivieron ningún otro tiempo fuera de alguna serie cutre de la que proceden.
Aquí el punto de partida podría haber dado pie a algo mucho mejor: El jacuzzi como surrealista máquina del tiempo, el viaje a los añorados 80, la evidente parodia de Regreso al Futuro. La primera media hora promete pero lo previsible del resto, la nula gracia de la mayoría de los chistes de la segunda parte, lo poco que aprovecha el guión la época a la que viajan los protagonistas, la absurda aparición de Chevy Chase, la pinta de insoportablemente colocado que tiene el calvo Rob Coddry, ese pegajoso final feliz… Todo lleva al naufragio a esta película que tal vez dentro de 20 años le haga alguna gracia nostálgica a los que ahora tienen 15 y la vean por la tele en una aburrida tarde del futuro. Quién sabe.
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