El éxito de El otro lado de la cama le pareció a su guionista David Serrano mérito exclusivo de él mismo. Lo que aportó el director Emilio Martínez Lázaro era irrelevante y se lanzó a la dirección. De ahí surgió un gran éxito (Días de fútbol) y un rotundo fracaso (Días de cine). Pero en los dos casos demostró que no conocía el oficio y que los resultados eran desastrosos, al menos artísticamente.
Ahora lo vuelve a intentar con Una hora más en Canarias. Su discreta recaudación la aúpa, pese a todo, como la película española más taquillera del verano. No había competencia, pero también es verdad que tiene una clara relación ética y estética con los subproductos que triunfan en audiencia en la TDT.
Ahora lo vuelve a intentar con Una hora más en Canarias. Su discreta recaudación la aúpa, pese a todo, como la película española más taquillera del verano. No había competencia, pero también es verdad que tiene una clara relación ética y estética con los subproductos que triunfan en audiencia en la TDT.
Con un look tercermundista, una puesta en escena lamentable y unos diálogos de besugos y besugas, esta película entronca directamente con lo más idiota de “nuestro” cine. Por ejemplo, esas comedietas turísticas tipo En un lugar de La Manga.
El director dice que pretendía hacer un anti-musical. Más bien da la sensación de que era incapaz de rodar con solvencia las coreografías o se quedó sin dinero a mitad de la película y tuvo que recurrir, para encontrar financiación, a menciones publicitarias en los diálogos que nos dejan con la boca abierta hasta a los que conocemos el sector.
Al final más que un anti-musical, ha rodado una anti-película. Incluso, hay a quién le gusta. Increíble.
Es una pelicula que no aporta nada especial al género, más bien nos indica como no se debe hacer un montaje, pero que se deja ver en una tarde de verano y que a mi me cabió el humor.
ResponderEliminarNo es una película para recordar...y es un ejemplo de como no se deben hacer las cosas, tanto a nivel personal como en el rodaje.