lunes, 30 de agosto de 2010

Toy Story 3

La película del verano es sin lugar a dudas ésta. Si el año pasado en este blog se ponía a caldo Up por los excesos de almíbar y lo absurdo de su historia, ahora toca reconocer que Toy Story 3 es un hito en la historia de Pixar y en la de la animación.

Si la primera parte de Una Historia de Juguetes flaqueaba por su corrección política y por hacer un drama excesivo a partir de la obsesión americana por competir, en la segunda parte un argumento más propio del cine de acción enganchaba y divertía. Pero lo que se nos ofrece ahora supera todo lo anterior.
Tomando como referencia el género carcelario y el terror, bajo una apariencia amable para toda la familia, se esconden agridulces reflexiones sobre el abandono y el paso de la infancia a la edad adulta. Con un guión de hierro y unos secundarios memorables, el director Lee Unkrich (de los más brillantes de la casa, suyas son Buscando a Nemo y Monstruos S.A.) consigue lo más difícil: Divertir a partir de una trama de aventuras pero también emocionar profundamente con unos personajes sensacionales (ay, ese peluche Abracitos) y con escenas auténticamente memorables, especialmente los diez minutos finales que difícilmente le dejarán el lagrimal seco a alguien.

Como escribe Popy Blasco en su blog, Toy Story 3 no se merece el Oscar sino el Nobel.

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