Fatih Akim venía de dirigir dos desmelados melodramas que se cuentan entre lo mejor del cine europeo de la década: Contra la pared y Al otro lado. Ahora ha decidido pasarse a la comedia con irregulares resultados.
El cine de Akim es desmedido, histriónico, en sus tramas y en sus personajes, en la puesta en escena y en el movimiento de la cámara. A Soul Kitchen no le sienta nada bien tanto exceso y se echa en falta un guión más sólido. La historia avanza con gags desconcertantes y situaciones demenciales. Como siempre sucede con su director, hay mucho alcohol y sexo (esta vez algo menos…) y actores sobreactuados. Pero lo que le dio buenos resultados en el melodrama no termina de funcionar aquí, abusa de escenas deslavazadas, incoherencias argumentales y cierta desgana en la manera de rodar.
El conjunto puede irritar o divertir, dependiendo del estado de ánimo. Esperamos con ansiedad la película que cerrará la trilogía abierta por sus dos primeros y multipremiados filmes, e incluso ese documental que ha rodado en EEUU titulado “Basura en el jardín del Edén”. La tragedia se le da muy bien…
El cine de Akim es desmedido, histriónico, en sus tramas y en sus personajes, en la puesta en escena y en el movimiento de la cámara. A Soul Kitchen no le sienta nada bien tanto exceso y se echa en falta un guión más sólido. La historia avanza con gags desconcertantes y situaciones demenciales. Como siempre sucede con su director, hay mucho alcohol y sexo (esta vez algo menos…) y actores sobreactuados. Pero lo que le dio buenos resultados en el melodrama no termina de funcionar aquí, abusa de escenas deslavazadas, incoherencias argumentales y cierta desgana en la manera de rodar.
El conjunto puede irritar o divertir, dependiendo del estado de ánimo. Esperamos con ansiedad la película que cerrará la trilogía abierta por sus dos primeros y multipremiados filmes, e incluso ese documental que ha rodado en EEUU titulado “Basura en el jardín del Edén”. La tragedia se le da muy bien…
No hay comentarios:
Publicar un comentario