Jaume Collet-Serra ha sido el primer director español en conseguir el número 1 en la taquilla americana, aunque en sus películas haya poco de español y mucho de director que conoce las reglas del juego del mercado. En Sin Identidad retoma el argumento de un tipo de cine que muchos añoramos: Cortina Rasgada, Con la muerte en los talones o El Premio. Personas atrapadas en sofisticadas redes conspirativas en amenazantes países extranjeros.
Y este punto de partida, las referencias que maneja y un impecable acabado técnico son sin duda lo mejor de la película. Con un comienzo deslumbrante, siembra demasiadas promesas que el guión no sabe resolver. La segunda parte se acerca a la frustración que nos produjo el Frenético de Polanski, cuyo inquietante planteamiento acababa convertido en un convencional producto de acción.Entre los aciertos, elegir la maravillosa Berlín como telón de fondo. Y entre las decepciones, un Liam Neeson demasiado ajado para ser héroe de acción y una January Jones cuyo hieratismo es apropiado para su papel de Mad Men pero que aquí es una inexpresiva esfinge que inquieta poco o nada.
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