Woody Allen vuelve en otoño a su cita anual con la legión de fans que, al menos en España y en los cines de V.O., acuden en masa impacientes por paladear su nueva ocurrencia. Claro que últimamente Allen ofrece pocas cosas nuevas.
Hacer una película al año implica el riesgo de no tener nada que contar, y más cuando siempre acudes a tus propias historias y a guiones que adaptan tu propia vida. En este caso, la sensación de “ya visto” es abrumadora. La relación entre el protagonista y su joven amiga remite directamente a Poderosa Afrodita y a la constante obsesión del director por las relaciones con mucha diferencia de edad (por ejemplo, la suya con Soon-Yi). La madre (estupenda Patricia Clarkson) se reinventa a sí misma sin poder ocultar sus auténticos orígenes como hacían los personajes de Granujas de Medio Pelo. Y todo con la machacona musiquilla anticuada de gramófono marca de la casa que a mí últimamente me pone los nervios de punta.
Al final y desde hace varias películas, se tiene la sensación de que Allen se dedica a hacer rutinariamente su trabajo como si fuese un funcionario para alimentar las muchas bocas a su cargo, a escribir guiones que, conociendo su talento y sus obras mayores, no le deben llevar más allá de una tarde y, si surge, a darse garbeos de lujo muy bien pagados en plan vacaciones encubiertas (véase Vicky Cristina Barcelona o su periplo londinense).
Si la cosa funciona no es, ni de lejos, el regreso añorado a Nueva York. El protagonista es auténticamente antipático e insoportable, la historia no tiene apenas gracia, y está rodada con la desgana de quién está deseando volver a casa a bañar a los niños. Seguiremos esperando a que la flauta suene de nuevo (desde Match Point no lo hace) aunque sea por casualidad.
Hacer una película al año implica el riesgo de no tener nada que contar, y más cuando siempre acudes a tus propias historias y a guiones que adaptan tu propia vida. En este caso, la sensación de “ya visto” es abrumadora. La relación entre el protagonista y su joven amiga remite directamente a Poderosa Afrodita y a la constante obsesión del director por las relaciones con mucha diferencia de edad (por ejemplo, la suya con Soon-Yi). La madre (estupenda Patricia Clarkson) se reinventa a sí misma sin poder ocultar sus auténticos orígenes como hacían los personajes de Granujas de Medio Pelo. Y todo con la machacona musiquilla anticuada de gramófono marca de la casa que a mí últimamente me pone los nervios de punta.
Al final y desde hace varias películas, se tiene la sensación de que Allen se dedica a hacer rutinariamente su trabajo como si fuese un funcionario para alimentar las muchas bocas a su cargo, a escribir guiones que, conociendo su talento y sus obras mayores, no le deben llevar más allá de una tarde y, si surge, a darse garbeos de lujo muy bien pagados en plan vacaciones encubiertas (véase Vicky Cristina Barcelona o su periplo londinense).
Si la cosa funciona no es, ni de lejos, el regreso añorado a Nueva York. El protagonista es auténticamente antipático e insoportable, la historia no tiene apenas gracia, y está rodada con la desgana de quién está deseando volver a casa a bañar a los niños. Seguiremos esperando a que la flauta suene de nuevo (desde Match Point no lo hace) aunque sea por casualidad.
Mientras la cosa sigue funcionando...
ResponderEliminarAún cuando no aporta nada nuevo y se remite a lo de siempre: personaje neurótico, obsesión con el sexo, los rabinos, miedo a la muerte,... sus diálogos surrealistas siempre me harán gracia y me harán pasar un buen rato aún cuando el esquema se repita una y otra vez.
Eso sí, echo de menos a Woody delante de la cámara, es el que mejor se interpreta a él mismo.
Yo la verdad es que no entiendo eso de que "siempre me hará gracia aunque repita lo mismo". A mí ya me parece una pesadez. Me gustan sus pelis gamberras del principio (Bananas, Coge el dinero y corre) o sus clásicos absolutos (Annie Hall, Hannah y Sus Hermanas, Delitos y Faltas o Balas sobre Broadway). Match Point es insólita en su filmografía, por eso también está entre mis favoritas. ¿No te parece que Si la cosa funciona está rodada con desgana?
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