domingo, 5 de julio de 2009

Tetro


“Todas las familias guardan un secreto”. Esta es la frase con la que se promociona la última película de Coppola y que quiere buscar relaciones con su obra maestra El Padrino. Es verdad que en Tetro se habla sobre la familia y en El Padrino también. Se acabaron las coincidencias.

Tetro es una historia sin interés, escrita se diría por un principiante que no sabe nada sobre cine. Es increíble que todo esto haya que aplicarlo a quién dirigió Apocalypse Now o La conversación, pero desde hace años ya sabemos que Don Francis ha perdido toda inspiración cinematográfica y prefiere dedicarse en cuerpo y alma a las bodegas que le han hecho muchomillonario. Juventud sin juventud, su anterior filme, nadie se atrevió a estrenarlo en España.

Las dos horas en blanco y negro se hacen eternas. Entre el desconcierto y la estupefacción, asistimos a situaciones absurdas (ay, esa escena de cabaret con la patética aparición de Carmen Maura) en un Buenos Aires de topicazo barato y con innecesario viaje de postal a la Patagonia final incluido. Los actores hacen lo que pueden, especialmente Maribel Verdú que se esfuerza por dar credibilidad a su personaje pese a su “pronunsiesion” muy de “coach”, mientras Vincent Gallo con la pinta de colgado de siempre anuncia que ésta será su última película. A ver si es verdad.

Y aunque Coppola lo reviste todo de preciosismo formal, con un look chocante de tan cuidado, se vuelve a demostrar que si el contenido no interesa da igual lo bonita que sea la fotografía.

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