martes, 20 de octubre de 2009

Luna (Moon)


El hijo de David Bowie ha decidido ser director y, claro, para él es un hándicap, no lo ha tenido nada fácil, las comparaciones son odiosas y bla bla bla. Como no podía ser de otra manera, su peli quiere ser muy cool igual que él y su padre y el distribuidor no traduce el título y lo deja en inglés que queda mejor y más vendible para el público de la Plaza de los Cubos.

Luna (o Moon, para quién prefiera la lengua del Imperio) pretende volver a la ciencia ficción de los 70, que era más intelectual, más reflexiva, o eso dice Dunca Jones (el hijo de papá). Y en parte consigue recuperar ese aroma inquietante que se respiraba en La Fuga de Logan o Engendro Mecánico, por recordar dos títulos clásicos de la época. La trama sugiere durante algún tiempo y luego se centra en un juego de paradojas envuelto en un contexto que quiere ser asfixiante y claustrofóbico pero que deja demasiados grietas para que respire el espectador, lo que frustra en parte sus objetivos.

Duncan Bowie (perdón, Jones) consiguió un montón de premios en el Festival de Sitges, lo que dice mucho de su marketing o muy poco del resto de películas a concurso. Es adecuada para una tarde aburrida y satisfará a los fanáticos del género más enrevesados. A los demás nos deja algo fríos, porque lo que aspiraba a parecerse a Solaris, acaba siendo como un capítulo entretenido de Dimensión Desconocida. Aunque, viendo lo que ofrece la cartelera, eso tampoco está mal.

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