sábado, 25 de diciembre de 2010

Chloe

Atom Egoyan marcó en los 90 a los habituales de las salas en VO. El Liquidador y, sobre todo, Exótica y El Dulce Porvenir están entre lo mejor que se estrenó en esos años. En una televisión que no se parecía en nada a la actual programaron un ciclo de sus primeras películas y de madrugada nos quedamos boquiabiertos descubriendo rarezas como Cintas Cambiadas.

Relaciones familiares morbosas, siniestras, incomprensibles, voyeurismo, el VHS como defectuoso narrador, Canadá como escenario extraterrestre. Todo esto marcaba las obsesiones del director por entonces, recuperadas ahora en Chole.
Una pareja de alto estanding, de esas que en España enseñan su casa en La Sexta, comienza a tambalearse ante las sospechas de la ginecóloga esposa (Julianne Moore) de que su inteligente y profesor marido (Liam Neeson) la está engañando. Entra en juego una puta también de alto estanding, de esas que en España salen en los programas de Tele 5, que complicará y mucho la plácida y rica existencia del matrimonio y de su sensible, egoísta y ligón hijo.

El ambiente malsano y amenazador marca de Egoyan brilla como nunca gracias a los medios con los que ha contado esta vez, aunque el guión sea mucho más convencional y previsible de lo habitual. Pese a todo, reconforta reencontrarse con un cine diferente e inquietante, y comprobar de nuevo que los ricos también lloran (¿?)

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