lunes, 28 de junio de 2010

Yo soy el amor (Io sonno l'amore)


Algunos han hablado hasta de El Gatopardo al escribir sobre lo último de Luca Guadagnino. Sorprendía porque su currículo no es nada brillante (lo último, la adaptación del libro-escándalo Melissa P), pero tras ver la película directamente las comparaciones ofenden.

El retrato de una rica familia milanesa comienza con atención a detalles como la mantelería o los cubiertos de la cena. Luego descubrimos que la supuesta crítica social llega a través de la reprimida protagonista, asfixiada en su vida contemplativa de las vajillas, que se lanza al folleteo loco con un barbudo que pasaba por allí.
Pretendidamente preciosista, ambiciosa en sus referentes (incluso parece apuntar hacia Madame Bovary), Yo soy el amor acaba cayendo en el más espantoso de los ridículos y en un amaneramiento formal que provoca carcajadas: Desde la persecución por San Remo y el orgasmo campestre en el que los protagonistas son los insectos (!) hasta ese tremendo final con un entierro en el que se desata una tormenta que hace llorar a las estatuas (?) mientras una paloma vuela en el interior del mausoleo.

La música, lo forzado de la puesta en escena, la sobreactuada Tilda Swinton… Todo parece indicar que el director se cree un gran artista que maneja una historia trascendente cuando el resultado sólo consigue sonrojar. Nos queda, eso sí, el divertimento de ver cómo la cirugía ha convertido a la sexagenaria Marisa Berenson (foto inferior a la izquierda) casi en gemela de la últimamente de moda Vera Farmiga (Up in the air, foto inferior derecha).

domingo, 20 de junio de 2010

Rabia

El Festival de Cine de Málaga provoca aglomeraciones y locuras en una ¿aburrida? ciudad mediana que espera como agua de mayo la llegada de la troupe del cine español. Lamentablemente, las películas que allí se ven con tanta expectación, en la mayoría de los casos, se estrellan en taquilla.

Es el caso de la ganadora del festival. Rabia consiguió la biznaga de oro a la mejor película pero apenas ha durado dos semanas en cartelera y sobrevive en horarios inverosímiles en cines del extrarradio en los que no podrá competir con Shrek 4 o Toy Story 3.


Adaptando la novela de Sergio Bizzio, Rabia nos ofrece una claustrofóbica historia que comienza cuando un inmigrante se debe refugiar en la casa en la que trabaja como asistenta su novia. La intriga, los conflictos familiares y el vouyerismo fluyen con facilidad y enganchan al espectador morboso, al que le gusta meterse por unas horas en casa ajena para observar las pequeñas y grandes miserias de sus vecinos.

Quizá el director Sebastián Cordero se queda algo corto en la mayoría de los frentes abiertos y al final puede dejar insatisfechos tanto a los que querían más claustrofobia como a los que querían más mal rollo familiar. Los actores tampoco dan todo lo esperado. Siempre queremos más de Concha Velasco, descafeinada como señora de vino blanco e infusión alcohólica. Y algo desconcertados nos deja Icíar Bollaín como la hija pija y caprichosa. Por encima de ellas, una excelente Martina García, a la que en breve veremos en Biutiful, y Alex Brendemühl.
Pero no seamos tan exigentes. Una película que a veces recuerda al mejor Polanski y que en gran parte del metraje nos atrapa en su juego perverso merece ser rescatada antes de que muera para siempre en el olvido de la multisala.

lunes, 14 de junio de 2010

Jacuzzi al Pasado


Si con Resacón en Las Vegas alcanzó su cima el bromance, o sea, cine sobre camaradería masculina, de grupo de amigos que se quieren un huevo y no son homosexuales, que se pueden acostar juntos sin dudar de su opción sexual, que se corren juergas guarras con alcohol, porros y comida basura… Con Jacuzzi al pasado el subgénero vuelve a la categoría más baja, la de comedieta imbécil con fallos garrafales de guión, con bromas que pierden fuelle minuto a minuto y con actores que vivieron tiempos mejores o directamente no vivieron ningún otro tiempo fuera de alguna serie cutre de la que proceden.



Aquí el punto de partida podría haber dado pie a algo mucho mejor: El jacuzzi como surrealista máquina del tiempo, el viaje a los añorados 80, la evidente parodia de Regreso al Futuro. La primera media hora promete pero lo previsible del resto, la nula gracia de la mayoría de los chistes de la segunda parte, lo poco que aprovecha el guión la época a la que viajan los protagonistas, la absurda aparición de Chevy Chase, la pinta de insoportablemente colocado que tiene el calvo Rob Coddry, ese pegajoso final feliz… Todo lleva al naufragio a esta película que tal vez dentro de 20 años le haga alguna gracia nostálgica a los que ahora tienen 15 y la vean por la tele en una aburrida tarde del futuro. Quién sabe.

lunes, 7 de junio de 2010

Kick-Ass

El cine de superhéroes parece inagotable. Cuando las adaptaciones y readaptaciones de Spiderman, Superman o Batman se repiten hasta el aburrimiento y el agotamiento absoluto de personajes quemados y achicharrados por historias vistas una y mil veces, surgen películas y cómics como Kick-.Ass, que pretenden renovar el género con algunas ideas supuestamente geniales:

1. Naturalismo: Realmente el superhéroe es una persona normal, todo puede tener una explicación verosímil e incluso los poderes un origen coherente. Christopher Nolan hacía esfuerzos ridículos por contar las aventuras tibetanas de Batman, que supuestamente aportaban lógica a lo que nunca podrá tenerla. Algo parecido sucede con Kick-Ass, en la que un palurdo de instituto aspira a salvar el mundo.

2. Internet: Por obra y gracia de las redes sociales y de Youtube, cualquier indocumentado puede alcanzar fama mundial. Esto probablemente sucederá en un futuro inmediato, aunque Kick Ass lo lleva a niveles decididamente exagerados pero por los que seguramente suspiran los fans del ídolo de masas John Cobra.

3. Violencia extrema: Los límites no existen. La moral tampoco. La venganza como valor absoluto, aunque ello implique ver a una niña de 10 años dando navajazos y convertida en estrella de la (sangrienta) función.



El director Matthew Vaughn, que no tiene abuela, dice que esto es el Pulp Fiction de los superhéroes. Nada más lejos de la realidad de un guión chusco y previsible (eso sí, barnizado con ruido y cierta brillantez visual) que sin embargo apasiona a muchos fans del cómic. Que ellos lo disfruten porque en breve llegará la segunda parte de Kick Ass y la cuarta (¡!!!) de X Men todas por obra del tal Vaughn. Conmigo que no cuenten.